Recientemente hemos encontrado un artículo muy interesante que queremos compartir con todos los interesados en el mundo de la grafología, porque habla de manera clara y muy interesante sobre los cambios en el hábito de la escritura manuscrita, especialmente en la juventud y sus repercusiones en los diferentes ámbitos. A continuación compartimos algunos fragmentos:
No hay que perder de vista que la escritura es y seguirá siendo una convención social, una herramienta más de la comunicación. Es la forma en que nos movemos libremente pero dentro de un marco socialmente aceptable.
La escritura no sólo refleja el nivel cultural de una persona, sino también su capacidad de adaptación al ambiente, su afectividad y los mecanismos defensivos que pone en juego.
No es de sorprender que la desvalorización de todo lo que represente la autoridad, la trasgresión a la norma, la dificultad de mantener un orden interno y externo y los conflictos vinculares, se vean reflejados en estos escritos, poco menos que caóticos e inteligibles. La escritura esta siendo dejada de lado, a raíz del creciente uso de la computadora y así se pierden el hábito del manuscrito, perdiendo en muchos casos la fluidez. Esto es claramente un problema de la educación, sumado a un problema social. Lamentablemente, se le resta importancia a este fenómeno social que se está gestando entre nuestros jóvenes y adolescentes. Los adultos, como ejemplo que somos para ellos, todavía no encontramos el equilibrio entre el autoritarismo y la falta de límites, entre acatar la autoridad manteniendo nuestra autocrítica y criticarla o transgredirla constantemente.
No hay que perder de vista que la escritura es y seguirá siendo una convención social, una herramienta más de la comunicación. Es la forma en que nos movemos libremente pero dentro de un marco socialmente aceptable.
La escritura no sólo refleja el nivel cultural de una persona, sino también su capacidad de adaptación al ambiente, su afectividad y los mecanismos defensivos que pone en juego.
No es de sorprender que la desvalorización de todo lo que represente la autoridad, la trasgresión a la norma, la dificultad de mantener un orden interno y externo y los conflictos vinculares, se vean reflejados en estos escritos, poco menos que caóticos e inteligibles. La escritura esta siendo dejada de lado, a raíz del creciente uso de la computadora y así se pierden el hábito del manuscrito, perdiendo en muchos casos la fluidez. Esto es claramente un problema de la educación, sumado a un problema social. Lamentablemente, se le resta importancia a este fenómeno social que se está gestando entre nuestros jóvenes y adolescentes. Los adultos, como ejemplo que somos para ellos, todavía no encontramos el equilibrio entre el autoritarismo y la falta de límites, entre acatar la autoridad manteniendo nuestra autocrítica y criticarla o transgredirla constantemente.
Fuente: www.enplenitud.com
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