Los expertos midieron empíricamente el desarrollo moral de los profesionales de PR. y analizaron el razonamiento en cinco áreas: cuestiones de negocios, motivos internos, verdad y respeto, influencias religiosas e influencias externas.
Mientras los seminaristas y los filósofos fueron claramente los más éticos, los PR pros se alinearon junto con los periodistas, las enfermeras y los estudiantes de odontología, y dejaron atrás a los cirujanos ortopédicos, los empresarios, los estudiantes de contabilidad y los estudiantes de veterinaria. Al final de la lista se ubicaron los estudiantes de la escuela secundaria, quienes obtuvieron incluso peores resultados que los internos de prisión. Esto no es sorprendente, puesto que la edad y la educación son factores clave en el desarrollo ético.
Como en todas las disciplinas, pero más aún en las relacionadas con la comunicación y las Relaciones Públicas, lo fundamental es crear y mantener la confianza con quienes reciben información. Debemos resaltar que la eficacia de los profesionales se basa sobre todo en la transparencia y el compromiso con su contexto.